Hoi An merece una segunda entrada en este blog. He de reconocer que ya antes de llegar a Vietnam, Hoi An era uno de los tres altos en el camino que más deseaba hacer.
A parte de la faceta de moda, que ya he comentado en otra entrada, Hoi An es un remanso de paz comparándolo con lo que hasta el momento hemos visto en Vietnam.
Para empezar, el centro de la ciudad sólo se puede visitar a pie o en bici. Se agradece no tener que sortear motos por doquier, ni escuchar cláxones continuamente. Lo que realmente hace de Hoi An un lugar especial son sus coquetas y bien conservadas casas antiguas. Fueron construidas por chinos y japoneses hace 200 y 300 años. Hoy en día muchas son restaurantes o tiendas de recuerdos, pero en otras aún viven la quinta o generación de los primeros moradores. Estos enseñan sus casas con orgullo.
Estas edificaciones son fáciles de reconocer porque tienen la estructura de madera de color muy oscura y las paredes suelen ser de color crema o amarillo pastel. La parte frontal también es de madera y algunas tienen balcones en la primera planta con una balaustrada también en madera.
Lo mejor es pasear por las calles de Hoi An de noche: los farolillos encendidos dan un encanto especial a la ciudad.
A parte de la faceta de moda, que ya he comentado en otra entrada, Hoi An es un remanso de paz comparándolo con lo que hasta el momento hemos visto en Vietnam.
Para empezar, el centro de la ciudad sólo se puede visitar a pie o en bici. Se agradece no tener que sortear motos por doquier, ni escuchar cláxones continuamente. Lo que realmente hace de Hoi An un lugar especial son sus coquetas y bien conservadas casas antiguas. Fueron construidas por chinos y japoneses hace 200 y 300 años. Hoy en día muchas son restaurantes o tiendas de recuerdos, pero en otras aún viven la quinta o generación de los primeros moradores. Estos enseñan sus casas con orgullo.
Estas edificaciones son fáciles de reconocer porque tienen la estructura de madera de color muy oscura y las paredes suelen ser de color crema o amarillo pastel. La parte frontal también es de madera y algunas tienen balcones en la primera planta con una balaustrada también en madera.
Lo mejor es pasear por las calles de Hoi An de noche: los farolillos encendidos dan un encanto especial a la ciudad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario