EXPERIENCIA RELIGIOSA

Todo pasó rápido en Hue. Con apenas un día para visitar la ciudad tuvimos que alquilarnos unas bicicletas. ¡Qué confiada es esta gente! Tan solo con darle los 3 dólares por cabeza nos las dieron. Ni fianza, ni ningún tipo problema.

Ya pedaleando nos dimos cuenta que, pese a lo caótico del tráfico, no es difícil ni peligroso moverse por las calles. La ciudad es muy bonita con dos zonas claramente diferenciadas, la nueva y la vieja. La zona antigua esta amurallada (como Ávila) y además sigue conservando la ciudad prohibida púrpura donde vivieron los emperadores Nguyen. Hue es la capital gastronómica del país. Los emperadores eran muy exquisitos, llegando a tener para cincuenta platos, cincuenta cocineros diferentes!

También he tenido mi primera experiencia religiosa en Hue. Ciertamente no recuerdo en nombre de la pagoda, pero era budista. Justo cuando llegamos habían unos niños en batas azules y con la cabeza rapada (con flequillo difícil de definir). Empecé a hablar con ellos en inglés... ¡sobre fútbol! Uno de los chavales era del Barça y su jugador favorito era Villa. Nos interrumpieron más monjes y comenzaron una ceremonia que hizo que me olvidara de donde estaba.