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lunes, 8 de abril de 2013

DULCE QUE TE QUIERO DULCE

Me encantan los dulces. No lo puedo evitar. Me pierden los bizcochos, tartas, y demás postres. Por eso me dejó encantada el hecho de que en Valencia cada celebración (principalmente las celebraciones religiosas) o cada época del año tenga su propio dulce: que si el chocolate con buñuelos, que si la mona de Pascua, que si el pan quemado, que si la torta de pasas y nueces, que si los pastelitos de boniato, que si la horchata con fartones... Seguro que me dejo alguno en el tintero.


Con motivo de la Semana Santa y de San Vicente Ferrer (que se celebra el segundo lunes de Pascua), además de las típicas torrijas (aquí menos tradicionales, todo sea dicho) los hornos (pastelerías) valencianos, muestran en sus escaparates los dulces del momento: la mona de Pascua, el pan quemado y la torta de pasas y nueces (esta última es mi favorita).

De izquierda a derecha: Tortas de pasas y nueces, pan quemando, monas de Pascua, y, de nuevo, pan quemado.
También se pueden encontrar estos dulces, en versión industrial, en los supermercados de barrio y grandes superficies, aunque, como siempre, no tienen nada que ver (ni en sabor, ni en precio, por supuesto), pero hacen el apaño.

Lo único que puedo decir de estas tres delicias de la pastelería tradicional valenciana es que están buenísimas y son ideales para desayunar y para tomar con el café de la sobremesa. Así que, como dicen por estos lares: ¡Bon profit!

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