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miércoles, 9 de septiembre de 2015

DE YOGYAKARTA AL BROMO

El adiós a Yogyakarta ha sido fácil. Sólo hay una cosa que valga la pena de esta ciudad: ¡su gente! Básicamente pensamos que al ser unas de las ciudades más importantes debe de aparecer en la guía, pero en una ruta por Java se puede pasar por alto. El Kraton (palacio de sultán), una decepción, la comida pobre... Lo dicho ¡viva la gente de Yogyakarta (en especial al equipo del Hotel 1001) y poco más!

De buena mañana hemos cogido un tren hasta Surabaya donde nos esperaba nuestro conductor en dirección al volcán Bromo que subiremos mañana. El tren es súper cómodo y económico, además tarda menos de la mitad que el autobús sumándole el trayecto en coche. Con lo económico que es todo aquí creo que vale la pena gastar un poco de dinero en este servicio.

El trayecto de Surabaya a Probolinggo, base para la ascensión al volcán Bromo, es largo pero interesante. Siempre está bien cruzar pueblos donde fugazmente puedes ver la vida cotidiana de la gente. Antes de llegar al hotel nos hemos desviado a visitar la cascada de Madakaripura. Pensábamos que iba a ser turisteo y lo ha sido, pero ha molado mucho. Una pared volcánica de más de 100 metros con una cascada en caída libre rodeado de helechos y vegetación ¡salvaje!

Ahora después de cenar estamos descansado para el espectáculo de mañana. A las dos de la mañana vienen en un 4x4 a por nosotros y llevarnos a ver el Bromo.






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