Estoy enamorado de Eslovenia. La
elección final de nuestro viaje de colegas se basó en el precio final del
billete. Tras muchas semanas decidimos comprar un viaje a Venecia, pero no para
ver Italia. Primeramente fuimos muy ambiciosos. Croacia, Bosnia, Serbia,
Eslovenia… Muchas cosas que ver cerca de Venecia pero sólo cinco días. Tras
analizar ya mas fríamente nos decidimos por el destino más cercano al aeropuerto, como
ya sabéis Eslovenia. A medida que fuimos buscando información del país nos
fuimos emocionando. Los Alpes, cuevas patrimonio de la Humanidad, costa del
Mediterráneo… En un par de entradas voy a intentar convenceros de visitar
Eslovenia en cuanto tengáis unos días libres.
Con sólo unos 50 kilómetros de costa, entre Italia y Croacia, fuimos a Piran. Preciosa ciudad mediterránea, más concretamente del mar Adriático, que tiene más de italiana que de eslava. Edificaciones de estilos florentinos y las calles totalmente empedradas, nos hacen ver la gran influencia que ha tenido Italia durante el paso de los siglos en la península de Istria. Esloveno e italiano son los idiomas oficiales de la zona. Creo que las fotos no hacen justicia a lo bonita que es la ciudad.
Ya en tierras eslovenas lo primero que
hicimos es ver la capital. Liubiana, en esloveno Ljubljana, es una de las
capitales más pequeñas de la Unión Europea. Con sólo 280.000 habitantes y
60.000 de ellos estudiantes, es una ciudad dinámica, joven, bonita… La primera
noche nos dimos un homenaje. Siempre que viajamos nos gusta probar la comida
local. Como buen país de Europa central la comida es contundente. La col no
falta en el menú, así como carnes de todo tipo. Venado, cerdo, ternera, ciervo…
Muy buena. Cansados desde la salida de nuestras respectivas ciudades y tras el
viaje desde Venecia, nos fuimos a dormir pronto.
Con sólo unos 50 kilómetros de costa, entre Italia y Croacia, fuimos a Piran. Preciosa ciudad mediterránea, más concretamente del mar Adriático, que tiene más de italiana que de eslava. Edificaciones de estilos florentinos y las calles totalmente empedradas, nos hacen ver la gran influencia que ha tenido Italia durante el paso de los siglos en la península de Istria. Esloveno e italiano son los idiomas oficiales de la zona. Creo que las fotos no hacen justicia a lo bonita que es la ciudad.
Volviendo al hotel fuimos a darnos una vuelta
por el Parque Natural de Rakov Skoca. Los colores de otoño son increíbles.
Ocres, naranjas, amarillos… el bosque es un mosaico de colores que indican que
la estación ya está aquí. Eslovenia es el segundo país de la Unión Europea con más
bosque en términos procentuales, doy fe del dato. Donde quiera que mires, por donde
quieras que conduzcas hay bosques. También visitamos el castillo de Predjama. Yo creo que en este caso más vale una imagen que mil palabras. ¡El castillo está incrustado en la montaña!
El siguiente día pusimos rumbo a los
Alpes eslovenos. Si bien las montañas eslovenas no tienen el tamaño de las de Italia
o Suiza, no desmerecen en espectacularidad. Pasamos por el monte Triglav (tres
cabezas en esloveno) que es la
montaña más alta de Eslovenia. El Triglav mide 2.864 metros de altitud y se encuentra
en el medio del Parque Nacionaldel Triglav. Para los
eslovenos es un monumento nacional, de hecho aparece en el escudo del país y en
la bandera (fijaros en la primera foto de la entrada). Cruzando el parque vimos infinidad de cascadas, ríos, nieve... Muy
bonito y totalmente recomendable para realizar en coche. El día terminó visitando el castillo de Bled.
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