lunes, 3 de diciembre de 2012

COMETAS

Mientras descanso solo en la terraza de hotel disfrutando de un café y Patricia está dando una clase de yoga, valoro los dos primeros días en la India. Me gusta, pero creo que es un país donde yo no podría vivir. Tremendamente poblado y con inseguridad. En ocasiones callejeando por casco viejo de Varanasi siento un poco de miedo por ir con la cámara colgada del cuello. Intento contradecir este pensamiento diciéndome y recordándome lo desconfiados que somos en España. La suciedad es otro de los problemas. Las calles están llenas de basura y de la mierda de las vacas que campan a sus anchas incluso en las callejuelas más pequeñas.

Aún así me gusta porque se ve a los niños felices. El café se termina y cae el sol.  Decenas de cometas invaden el cielo de la ciudad. Solo un poco de cuerda, papel y dos cañas en cruz es suficiente para que los niños sonrían y por unos momentos disfruten del poquito tiempo que en la India se es niño. Muchos restaurantes y hoteles hacen a la vez de ONG de ámbito local. Es un pequeño granito que se puede hacer aquí a la vez que se conoce el país. 

 

2 comentarios:

  1. Que la primera parada en la India sea Benares me imagino que es duro, pero esa sensación sé inseguridad seguro que ya os ha desaparecido.
    A mí lo que más me impactó fue el olor, y es que las cremaciones dehan huella, verdad? :-P
    Me está encantado leer vuestro blog porque me hace recordar todo mi viaje!!! Yo me acuerdo que Ruth y yo salimos una noche sólo con una linterna para pasear por esas callejeras y ver sí veíamos algún cuerpo extraño en el río XD.

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  2. ¡¡María eres toda una valiente!! La verdad es que fue duro al principio. Pero llevas razón, la sensación de inseguridad se pasa. Varanasi es diferente...

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