Ya estamos en Indonesia. ¡Nuevamente estamos en Asia! Esto es casi como volver a casa. En el futuro tendremos que plantearnos otros destinos, pero es que esto es otro mundo. De aquí en adelante nos esperan quince días cargados de experiencias que como en anteriores ocasiones nos quedarán clavadas en la retina. Por el momento no vamos a ver nada de Jakarta, lo dejamos para el final. Hay que coger fuerzas.
El viaje se nos ha hecho muy pesado. Seis horas de escala en Estambul y el horario nocturno de las esperas hacen que el sueño se apodere de uno. No me gusta este aeropuerto porque no tiene casi sitios para descansar. Parece estar hecho a salto de mata, vamos para llegar y embarcar. Tráfico de vehículos en pista, salas de espera pequeñas... Además, llevaba meses soñando con comerme un auténtico kebab y ha sido un chasco. Lo bueno, siempre hay algo bueno, es que tiene conexión directa con Valencia y no nos hemos visto obligados a pasar por Barajas o el Prat.
Mención a parte merece Turkis Airlines. Antes del viaje leímos mucho y nos enteramos que fue nombrada mejor aerolínea de Europa en 2014. Estábamos expectantes y ha sido un chasco. Mal servicio del personal de cabina y comida floja.
Ahora toca unas horas de transición y nos dirigiremos a Yogyakarta. Ya os contáremos cómo es la capital cultural de Indonesia. Por cierto, estamos nuevamente en el hemisferio sur.
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