CONCURSO DE PAELLAS

Una de las cosas que más me gusta de las Fallas es que es una fiesta que se vive y se disfruta plenamente en la calle: en la calle se plantan y se queman los monumentos, en la calle se tiran los petardos, las mascletás y los castillos de fuegos artificiales, en la calle se venden los buñuelos, churros, porras y el chocolate, en la calle se disfruta de las verbenas nocturnas... y en la calle se celebran los concursos de paellas.

Casi todas las fallas organizan su propio concurso. Normalmente, tienes que ser fallero, o conocer a alguno, para poder participar. Después de seis años viviendo en Valencia, por fin he asistido a uno. El domingo pasado participé junto a los amigos de mi cuñada en el XXXVIII Concurso de paellas de la Falla Parque Alcosa de Alfafar.

Las normas

Los grupos concursantes nos colocamos en dos hileras a lo largo de la calle con nuestros trébedes y paelleras (o paellas, como las llaman aquí en Valencia). En este caso, los participantes sólo teníamos que llevar la carne y el aceite. Unos minutos antes de comenzar el concurso la organización facilitó a todos los equipos el arroz, las judías verdes, el garrafón (alubia blanca que se utiliza para la elaboración de paella valenciana), el tomate, el colorante y la leña

El concurso

Finalmente el concurso se convirtió en una reunión de amigos. Durante las dos horas que dio la organización para preparar la paella almorzamos, bebimos y disfrutamos de una mañana soleada con equipo y con los contrincantes de los otros grupos. Una vez transcurrido el tiempo, la rivalidad volvió a aparecer.

El veredicto

Llegó el momento en el que los cuatro miembros del jurado probaron una por una las 18 paellas. Deliberaron unos minutos y entregaron los cuatro premios (1º, 2º, 3º y el premio a la peor paella). Para bien y para mal, no ganamos ninguno de los premios ;-)

La paella
No podía acabar esta entrada sin hablar de la estrella del concurso. Fue después de la entrega de premios cuando llegó el disfrute: ¡¡a comerse la paella!! Y la nuestra estaba deliciosa gracias a Javi, que fue el cocinero de nuestra paella. Y después de la sobremesa, a recoger para que la calle quedara como si nunca se hubiera celebrado esta fantástica reunión.